A los gatos no les importa, o no saben, que no deben arañar tu sofá o rasgar todos tus cojines. Para ellos, todos los muebles de la casa son muebles para gato 😸.
Entonces, ¿cómo proteges tu tapicería de tu querido felino? Para nuestros amigos caninos un «no» severo suele funcionar pero con los gatos… ¡Eso es otro cantar! Pero tranquilo, un enfoque más estratégico puede ayudarte a proteger tu sofá de tu gato.
Prueba estas 7 formas para hacer tu sofá favorito a prueba del pelaje, la suciedad y las garras de tu gato.
1. Haz que tu rascador para gatos sea más atractivo
Arañar y rasguñar es un comportamiento natural y saludable en los gatos. Así es como marcan su territorio, eliminan la capa exterior de células muertas de sus garras y estiran sus patas. Es muy importante que tengan una zona de rasguños para que no usen tu sofá en su lugar.
Es muy probable que tengas que realizar múltiples pruebas moviendo tu rascador para gatos hasta encontrar la ubicación que mejor funcione. Preferiblemente, el poste para rascar debe estar en una zona donde sepas que tu gato pasa mucho tiempo. También puedes intentar crear un espacio para tu gato, que incluya una cama cómoda y juguetes para gatos que lo animen a pasar más tiempo allí.
Es importante encontrar un poste de rascado que tenga una textura que le guste a tu gato. Algunos gatos prefieren el fieltro o la cuerda, mientras que otros prefieren las texturas de madera. Experimenta con un par de rascadores diferentes hasta encontrar el que más le guste a tu mascota. Rocía el poste de rascado con catnip (hierba gatera) una vez al día para incitarlo a rascarse en él, hasta que se convierta en un hábito.
El factor más importante para crear una buena zona de rascado para tu gato es que sea estable. Evita cualquier rascador o juguete para gatos que sea móvil, o que esté unido a algo que se mueva (como una puerta). Tu gato lo probará una vez y luego nunca más volverá a utilizarlo.
2. Haz tu sofá menos atractivo para tu gato
Puedes evitar que tu gato se suba a tu sofá añadiendo a éste texturas que no le gusten. Por lo general, a los gatos les gustan las superficies rugosas en las que pueden clavar sus garras. Mucha gente defiende que la cinta adhesiva de doble cara es un material que puedes utilizar en las zonas de tu sofá que a tu gato le gusta arañar, ya que las texturas que se pegan a sus garras no les suelen gustar nada.
Sin embargo, no es lo más estético, por lo que si no te gusta la idea de colocar algo cutre en tu sofá, una alternativa puede ser una funda de sofá a medida. ¿Fundas de sofá 100% a prueba de gatos? No existe tal cosa. Pero algunos tejidos sí ayudan a evitar los arañazos de los gatos. Uno de ellos es la microfibra de gamuza o el terciopelo. Por eso hemos creado lo último en fundas de sofá a prueba de gatos con un material aterciopelado.
Una solución rápida también podría ser rociar tu sofá con un spray o ambientador con aroma a limón. Los gatos tienen una aversión natural a los olores de los cítricos, pero puede ser un poco difícil hacer esto de manera consistente, ya que es necesario hacerlo cuando los pillas con las manos en la masa, de lo contrario no podrás educar a tu gato ni hacerle entender que el motivo de que el sofá huela a cítrico es porque están en él.
3. Proporciona opciones alternativas para que tu gato se tumbe o descanse
Si tu gato considera que el sofá es su lugar principal para tumbarse y descansar, es posible que tengas que hacerte con algunos muebles de mascotas para tu gato. Intenta identificar que es lo que le gusta a tu gato de tu sofá y después compra un mueble para gatos con las mismas características.
Por ejemplo, si a tu gato le gustan los lugares altos y está constantemente subiendo a las partes más altas de él, un árbol para gatos con suficiente altura o incluso, un estante para gatos podría ser la solución perfecta.
Si tu gato prefiere acurrucarse entre los suaves cojines de tu sofá o debajo de él, una cama cubierta o en forma de cueva ofrecerá un espacio solitario y perfecto para tu gato.
Si por ejemplo, tu sofá está instalado junto a una ventana y tu gato lo utiliza para tumbarse a la luz del sol, instala un cómodo sofá para gatos junto a la ventana para que el gato pueda acceder mejor al sol.
4. Mejora la zona de la caja de arena de tu gato
Los gatos pueden ser muy quisquillosos con respecto a dónde hacer sus necesidades, y si su caja de arena no es de su agrado, pueden dedicarse a ensuciar el resto de muebles a modo de protesta. Asegúrate de que la caja de arena sea lo suficientemente grande para tu gato y que sea en un lugar privado y tranquilo. Muchos gatos prefieren cajas de arena cerradas u ocultas. Este tipo de cajas de arena, también ayuda a contener la suciedad y evita que se expanda tan fácilmente por todo tu suelo y muebles.
Colocar una esterilla grande debajo de la caja de arena también ayuda a evitar que la suciedad se expanda. Por último, también puedes considerar utilizar una arena para gatos más gruesa para evitar que vuele libremente por tu casa. Pero, ¡cuidado! Si a tu gato no le gusta la nueva arena para gatos, ¡no la usará!
5. Cepilla a tu gato regularmente
Utiliza un peine de acero inoxidable, como el Furminator, para eliminar el pelaje suelto de tu gato. Cepillar a tu gato cada dos días, reduce significativamente la cantidad de pelo que termina en tu sofá.
Un cepillo de silicona para mascotas o un guante para mascotas también puede hacer maravillas para recolectar pelos sueltos de tu gato y de tus muebles. Los pelos sueltos se adhieren fácilmente a la superficie de goma, lo que hace que sea muy útil y rápido para limpiar el pelaje de tu mascota de tu sofá.
6. Aceite CBD
El rasguño excesivo de los muebles o la suciedad constante generada por tu gato, también puede ser un síntoma de gran ansiedad en los mininos, especialmente cuando también muestran otros comportamientos como el maullido constante, pequeñas agresiones, escondimiento habitual o falta de apetito.
Si sospechas que tu gato puede estar mostrando síntomas de ansiedad, el aceite de CBD (Cannabidiol) podría ser de gran utilidad. El aceite de CBD se puede administrar fácilmente con un cuenta-gotas o dosificador si tu gato está tranquilo. Si tu gato está asustado o nervioso, algunos dueños de mascotas envuelven a su gato con una toalla para mantenerlos calmados y que no se muevan mientras administran el aceite de CBD.
Aunque el CBD no es adictivo, ni nocivo para la salud, su situación legal en España está en una zona gris por la falta de legislación. El CBD no es ilegal, pero por ejemplo no puede venderse para el consumo humano. Por favor, asegúrate de revisar las leyes actuales antes de comprar cualquier aceite de CBD o derivados para tu mascota.
7. Uñas postizas o fundas de uñas para gatos
La desungulación o extirpación quirúrgica de las garras de tu gato nunca debe ser una opción. Este procedimiento no solo quita las garras; amputa el último hueso de cada dedo de la pata de tu gato. Como resultado existe un mayor riesgo de problemas de salud, dolor crónico y desequilibrio, que puede inducir en una gran cantidad de conductas indeseables, como que tu gato orine fuera de su caja de arena o la hostilidad. El procedimiento es tan inhumano que está prohibido en 22 países.
En su lugar, prueba a utilizar fundas para uñas o uñas postizas para gato. Se trata de una fundas suaves que se pegan sobre las uñas de tu gato. Tu gato continuará con su comportamiento habitual al rascarse, pero las cubiertas de vinilo evitarán cualquier daño a los muebles. Las fundas de uñas para gatos se caen de forma natural después de cuatro a cinco semanas a medida que van creciendo las uñas.
El inconveniente de esta medida es que no todos los gatos se adaptan bien a las uñas postizas. También pueden resultar difíciles de aplicar si a tu gato no le gusta que le toquen las patas. Tu veterinario puede ayudarte a colocarlas, pero mantén esta opción como último recurso.
Conclusión general
Utilizando cualquiera de las estrategias anteriores es totalmente posible entrenar a tu gato para que deje tu sofá en paz. Ten en cuenta que a tu gato puede llevarle un tiempo comprender qué muebles son suyos y cuáles son los tuyos. Pero con un poco de paciencia y siendo constante, tu gato y tu sofá pueden convivir armoniosamente en tu hogar.
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